sábado, 7 de marzo de 2009

La acción del Ministerio de Trabajo con la Dirección Nacional de Empleo (DINAE),
la Junta Nacional de Empleo (JUNAE) y la utilización del Fondo de Reconversión Laboral,
ha dado lugar a la formulación de programas de capacitación laboral dirigidos a
trabajadores amparados al seguro de desempleo, a jóvenes, a microempresas, a trabajadores
rurales, discapacitados, trabajadores en actividad, etc.
La ejecución de lo anteriormente expuesto tiene como referente el Registro de
Entidades de Capacitación de la DINAE con 300 entidades inscriptas y que, en el marco
de cooperación con el BID, está en reformulación para transformarlo en un instrumento
que garantice la transparencia y la calidad de este nuevo mercado de capacitación.
Recientemente fue aprobada la Ley 16.783 que regula contratos laborales atípicos
para jóvenes (Contrato de Aprendizaje, Becas y Contrato de Práctica Laboral), con el
propósito de facilitar su empleabilidad a través de la promoción de aprendizaje como
producto de una articulación entre la formación teórica y práctica, entre instituciones
de formación profesional y empresas.
Asimismo la conformación de un Observatorio de Mercado de Trabajo en la DINAE
promueve una transparencia del mercado de trabajo en el país y proporciona a la DINAE
-JUNAE la información básica necesaria para la toma de decisiones de política
institucional en empleo y formación profesional.
En sus relaciones laborales, empleadores y trabajadores incorporan cada vez más
el tema de la formación profesional. También los Gobiernos Departamentales y las
ONG se han venido involucrando en este escenario, dando mayor dimensión territorial
a esta temática.
Ahora más que nunca, surge en el Uruguay la necesidad de crear los vínculos que
deben existir entre capacitación, producción y empleo, a fin de consolidar y potenciar
este escenario y poder alcanzar una institucionalidad sistémica que permita la formación
continua y pertinente de toda nuestra fuerza de trabajo.
Queda pendiente aún el poder quebrar la dependencia de la oferta de capacitación
disponible, orientarla según los requerimientos del mercado de trabajo y fijar los
requisitos que las instituciones de formación deben reunir para ser parte de un sistema.
La formación basada en competencias laborales, se presenta como un referente a
tener en cuenta para alcanzar ese propósito, porque:
• centra su enfoque en la demanda;
• desarrolla los conceptos de formación y capacitación como procesos continuos;
• posibilita una mejor coordinación institucional entre centros de trabajo y oferta
de capacitación y formación;
• provee al mercado laboral de información veraz y oportuna;
• favorece la aplicación de programas de formación y capacitación con la calidad,
flexibilidad y pertinencia requeridas; y
• permite alcanzar más rápido la adaptación y actualización del Sistema de Formación
y Capacitación a las necesidades del cambio tecnológico y productivo.
El enfoque de competencias, además, puede ayudar a dar respuesta a un tema
pendiente de resolución efectiva en el país: instituir mecanismos que permitan evaluar
las diversas formas en que el hombre aprende a desempeñarse en el trabajo y otorgarles
reconocimiento en el mercado mediante certificación.

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